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El proyecto de APC Basta de violencia: derechos de las mujeres y seguridad en línea está cambiando la vida de mujeres en todo el mundo. Esta semana, la organización socia del proyecto en Colombia, Colnodo, comparte las historias de mujeres que se vieron fortalecidas en sus capacidades personales y organizacionales a través de la iniciativa para entender, prevenir y combatir la violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología.

A través de un ejercicio de consulta y reflexión se identificaron tipos de historias en las que sus narradoras hacen visibles cambios, aprendizajes y propuestas que muestran el impacto de la iniciativa en la vida personal y organizacional de centenas de mujeres.

Las narradoras de estas historias de cambios significativos provienen de diversas regiones y pertenencias, y se involucraron con el proyecto en Colombia bien como participantes de los talleres de seguridad digital, como participantes en las actividades de promoción de políticas, o bien como activistas en la campaña ¡Dominemos la tecnología!

La posibilidad de conocer iniciativas locales que trabajan por los derechos digitales de las mujeres, la chance de reflexionar sobre prácticas personales y organizacionales que afectan y ponen en riesgo la seguridad de las mujeres, la multiplicación de redes de buenas prácticas, la propuesta de acciones de compromiso frente a actores como gobierno, empresas privadas y organismos multilaterales, son algunos de los cambios destacados por las entrevistadas.

Recuperar la voz de las mujeres

Marina López Sepúlveda integra la Fundación Voces de Derechos, una organización que trabaja en el acompañamiento legal a mujeres víctimas de violencia en Barranquilla, en la costa caribe colombiana. Marina participó en actividades de investigación, documentación y sistematización de 1200 encuestas de percepción sobre la temática de violencia contra las mujeres a través del uso de las TIC para el proyecto que Colnodo lidera en Colombia.

“La documentación de casos de violencia contra las mujeres resulta ser un ejercicio que hace visible la verdad histórica de lo sucedido, deja escuchar las voces de las mujeres, el sentir de sus experiencias en el relato de los hechos y la forma como se perciben sus sentimientos y sufrimientos en el efecto de la impunidad”, afirma Marina.

“También, simboliza una estrategia política para recuperar la voz deslegitimada por el patriarcado en la necesidad de evidenciar el impacto del daño en la vida de las mujeres, fortalecer su empoderamiento hacia el acceso a la justicia y la garantía del derecho a una vida libre de violencias por condición de género”, agrega.

Marina destaca el hecho de haber podido convocar actores sociales estratégicos como la Alcaldía distrital, el Programa mujer, la Secretaria de Gestión Social, ONGs, defensoras de derechos humanos, representantes de la academia, investigadoras, profesionales del derecho, operadores jurídicos, agentes de la ley, así como también empresas intermediarias de internet, mujeres lideresas de los diferentes barrios y localidades de Barranquilla y medios de comunicación. “Introducir cambios en las creencias, actitudes y conductas, realizando alianzas y eventos conjuntos de formación, divulgación e incidencia política” fue uno de los cambios más significativos destacados por Marina.

A partir de su participación en la investigación Marina reconoce otros significativos cambios en su trabajo como investigadora. Señala que brindar conocimiento del tema a estudiantes de Derecho en clases de la universidad fue un importante evento multiplicador del conocimiento adquirido en la temática.

También consiguió impulsar una campaña al interior de la fundación y de la comunidad donde trabaja, generando de esa forma conciencia en torno a la seguridad digital y una mayor sensibilidad en torno a la problemática de la violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología y las formas de prevenirla y abordarla.

Aplicar enfoques diferenciales

Carolina Botero forma parte de la Fundación Karisma de Bogotá, Colombia. Durante el 2013 participó de la campaña ¡Dominemos la tecnología! con el desarrollo de diferentes acciones entre las cuales convocaron a entidades públicas y privadas, y con mujeres y sectores involucrados en temas de TIC para buscar alianzas en la campaña y presentar algunos resultados del proyecto Basta de violencia.

“Karisma tiene una sensibilidad al tema que es innegable, sin embargo, el proyecto nos permitió trabajar en forma directa con él, algo que no es usual en las líneas de trabajo que adelantamos”, asegura Carolina.

El involucramiento en el proyecto les permitió tener mayor conciencia de la necesidad de aplicar enfoques diferenciales en sus interacciones con personas, principalmente mujeres. “Por ejemplo, lo hemos trasladado a proyectos de creación audiovisual que han necesitado opinión en temas de derechos de autor. También lo hemos trasladado a otros temas de nuestro trabajo cotidiano en relación con privacidad y con comunidades”, subraya.

A nivel de la organización, la participación de Fundación Karisma como aliada en el proyecto tuvo un gran impacto en el debate interno, partiendo del hecho que la gran mayoría de personas que componen el equipo de la fundación son mujeres, lo que permitió que tanto a nivel personal como profesional la violencia contra las mujeres relacionada con la tecnología se convierta en un tema recurrente de las discusiones grupales.

Nuevas metodologías para vincular mujeres al uso estratégico de las TIC

Beatriz Alarcón integra Colnodo y reside en Bogotá, Colombia. Trabaja en la coordinación y realización de diferentes actividades de incidencia, formación y comunicación para el cumplimiento de los objetivos del proyecto.

Desde el proyecto en Colombia se han desarrollado alianzas y estrategias muy importantes con colectivos que agrupan a su vez, otras organizaciones de mujeres como es el caso de la Mesa de seguimiento a la Ley 1257 (Ley de violencias contra las mujeres). A través de este espacio de veeduría y seguimiento de esta importante ley en Colombia, se incorporó el análisis de las violencias digitales contra las mujeres al interior de las 25 organizaciones que integran la mesa.

Una de las acciones a resaltar fue el trabajo de sensibilización sobre las violencias digitales contra las mujeres, desarrollado con centros de educación superior media de la ciudad de Bogotá con estudiantes y docentes.

También a través de la Mesa de Seguimiento a la Ley 1257 se aportó a la Defensoría del Pueblo y a los Ministerios de Gobierno de salud y trabajo para que, a partir de la reglamentación de la Ley 1257, incorporen y evalúen las TIC como recursos a tener cuenta en las acciones y programas que adelantan estas entidades para promover el derecho de las mujeres a una vida libre de violencias.

La participación en el proyecto ha generado varios cambios significativos que se ven reflejados en el crecimiento personal y profesional de Beatriz.

En el ámbito personal, la participación en el proyecto fue un proceso enriquecedor y estimulante que le permitió conocer de cerca algunas de las problemáticas que afectan a las mujeres en el país. “Sin duda a este proceso lo valoro de forma muy positiva ya que ahora tengo mejores capacidades para gestionar proyectos con un enfoque desde los derechos de las mujeres”, expresa Beatriz.

Un logro destacable fue la participación de mujeres activistas e integrantes de comunidades diversas como la LGBTI, al igual que mujeres pertenecientes a minorías étnicas, quienes tomaron parte en algunos intercambios tecnológicos feministas, en la campaña ¡Dominemos la tecnología! y en procesos de formación desarrollados en Bogotá y en otras regiones del país.

A partir de estos encuentros con grupos diversos, se fortalecieron formas de trabajo que permitieron vincular a mujeres, no solo de los grandes centros urbanos como Bogotá, sino a víctimas de violencia en el marco del conflicto armado que se encuentran ubicadas en regiones apartadas de la capital del país.

“Luego de los procesos de intercambio de experiencias y formación con las diferentes organizaciones y mujeres que han participado en el proyecto, tenemos nuevas metodologías para vincular a las mujeres al uso estratégico y creativo de las TIC. Ahora se aborda con más seguridad y dinamismo las jornadas de capacitación”, asegura.

Impedir riesgos en el manejo de la información

Eliana Vivas integra Católicas por el Derecho a Decidir en Colombia. Eliana participó de cerca en algunas de las actividades del proyecto desde 2013, específicamente en el taller sobre herramientas de seguridad digital para mujeres. Como integrantes de la Mesa de seguimiento a la ley 1257, estuvieron presentes cuando Colnodo cuando presentó un capítulo sobre violencias digitales, “el cual consideramos muy valioso porque es una mirada a otras formas de violencias que no habíamos antes evaluado”, asegura.

“La capacitación del taller, me dio a conocer herramientas para mantener segura la información. Entender que la información que manejamos desde nuestras organizaciones, con las mujeres que trabajamos, debe ser manejada con cuidado. Resultó de mucho interés identificar los riesgos que se corren cuando se publica en las redes sociales, sin evaluar aspectos que garanticen la seguridad personal y de la del grupo”, agrega Eliana.

Multiplicar las redes de buenas prácticas

Carolina Carvajal es antropóloga y trabaja en la Red de Educación Popular entre Mujeres de Latinoamérica y el Caribe. Pudo conocer más sobre el trabajo que se desarrolla sobre la intersección entre mujeres y derechos digitales en el Foro de Organizaciones Feministas realizado en la ciudad de Santo Domingo que se dio a conocer en el marco de la XII Conferencia Regional sobre la Mujer de la CEPAL. También participó de un taller de seguridad digital.

El cambio más significativo se materializó en la posibilidad de conocer iniciativas locales que estaban trabajando el tema de espacios digitales y derechos de las mujeres, dado que eso constituyó la oportunidad de hacer alianzas interinstitucionales.

En el plano personal, Carolina experimentó la oportunidad de traer a conciencia algunas prácticas que, tal vez no ahora ni directamente, iban a poner en riesgo la seguridad de la organización donde trabaja, considerando que manejan bases de datos de mujeres lideresas de procesos regionales.

“Al fortalecer nuestro dominio de temas específicos, los procesos de multiplicación con las mujeres se hacen en un plano de mayor información, y esto va ampliando las redes de buenas prácticas que nos permiten un grado más alto de atención y prevención de violencias”, asegura.

Insumos para exigir garantías al estado

Dany Ramírez participó de actividades de promoción de políticas del proyecto como integrante de la Conferencia Nacional de Organizaciones Afrocolombianas. También participó en talleres de formación sobre seguridad digital y acompañó en 2013 las actividades de la campaña ¡Dominemos la tecnología!

“Ha sido muy importante poder conocer la problemática tan amplia y grave de las violencias a través de los medios digitales. Si bien sabíamos como defensoras de derechos humanos y de las mujeres que estos eran una fuente de violencia contra nosotras, no nos imaginábamos su amplitud y las múltiples formas en las que estamos expuestas y vulnerables por el uso inadecuado de las tecnologías”, asegura Dany.

“Este ha sido un insumo para seguir exigiendo al estado que garantice a mujeres y niñas el derecho a una vida libre de violencias, haciéndoles visible que la tecnología es un instrumento efectivo de los violentos, en lo cual el estado debe realizar los mayores esfuerzos para combatir estas nuevas formas de agresión a las mujeres y fortalecer sus sanciones y procesos investigativos”, concluye Dany.

Oportunidad de hacer alianzas interinstitucionales

Claudia Cecilia Ramírez de la Red Nacional de Mujeres participó como abogada en el seguimiento, análisis y redacción de dos de los cuatro casos nacionales que se eligieron para profundizar en la problemática sobre las violencias digitales.

En uno de los casos tuvo oportunidad de conocer en terreno la actuación de la Policía y darse cuenta de que las disposiciones legales que obligan a un protocolo de atención específico y concreto no son aplicadas por desconocimiento de la norma. Claudia consiguió intervenir asesorando a la mujer para su actuación y dicha asesoría fue definitiva en la resolución del caso, pues ni el funcionario de Policía ni la mujer víctima tenían conocimiento de los derechos de ésta última, especialmente del derecho a no ser confrontada con el agresor, de manera que si ella no hubiera sido asesorada correctamente, hubiera desistido de su demanda de protección ante la exigencia de la policía de que debía participar en una audiencia con su agresor.

“En mi condición de investigadora la confrontación con la realidad de los hechos es muy importante tanto por la posibilidad de confrontar las disposiciones legales en cuya formulación participé, respecto de su precaria aplicación práctica. De igual manera el contacto directo con mujeres víctimas me sirvió para dimensionar el aspecto humano de las afectaciones de las violencias en cada una de ellas”, resalta.

Construcción de argumentos y ejercicios de incidencia

Diana Cristina Caicedo Naranjo de la Corporación Gea Jurisgeneristas participó del proyecto como abogada investigadora para la elaboración de la línea base sobre el marco normativo legal de la violencia contra las mujeres y las TIC en Colombia.

“Desde mi quehacer como abogada me dispongo a aportar en la construcción y comprometerme con el acompañamiento a las mujeres víctimas, así como en la construcción de argumentos y ejercicios de incidencia para el logro de la garantía del derecho a una vida libre de violencias para las mujeres, así como hacer parte de redes de apoyo que permitan materializar este derecho”, afirma Diana.

Como resultado de su participación en la investigación, Diana tuvo la oportunidad de divulgar la información y abrir espacios de discusión jurídica con el equipo de abogadas de la Secretaría Distrital de la Mujer-Programa Justicia de Género, al cual se encuentra vinculada.

Ampliar el radio de acción al ambiente virtual

Desde 2010 la Corporación de Investigación Social y Económica (CIASE), ha sido aliada de Colnodo en los proyectos relacionados con derechos de las mujeres en los espacios digitales.

“Este es un tema nuevo”, sostiene Rosa Emilia Salamanca, integrante del CIASE y activista de la campaña ¡Dominemos la tecnología! “Este es un elemento que incluiremos en nuestras escuelas virtuales para mujeres jóvenes”, agrega.

“Nosotras trabajamos específicamente en estos aspectos con mujeres, así que contribuyó a aumentar nuestro conocimiento y ampliar desde la integralidad el concepto de múltiples violencias que nos aquejan como mujeres. Es una contribución importantísima para ampliar el radio de acción, más cuando uno de nuestros mecanismos de trabajo son las redes sociales y el ambiente virtual”, finaliza.

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