A esta altura creo que todas las personas que hemos asistido a alguna conferencia, seminario o taller sobre tecnologías de la información y la comunicación, sea de gobiernos, de empresas o de organizaciones sociales, estamos casi saturadas por el discurso de la “brecha digital” o de la “inclusión digital”, términos que de tanto repetirse parecen vaciarse de contenido y debilitarse.
Más de una vez me he preguntado si es posible continuar hablando de inclusión digital si no buscamos el anclaje en un concepto de inclusión integral e integrador, donde el acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación se de en el contexto de una inclusión mayor, donde todas las personas sean consideradas ciudadanas con igualdad de derechos y de posibilidades a una vida digna, sin discriminaciones por género, raza, etnia o condición social. Por eso, cuando asistí al V Taller de Inclusión Digital, en Porto Alegre, del 5 al 9 de junio de 2006, esperaba encontrarme con cuestiones concretas en torno a esta inclusión tan nombrada.
La oportunidad se presentó cuando conocí a las coordinadoras de Ilê Mulher, una asociación cultural y de servicio social que brinda atención y formación a personas sin techo y de escasos recursos de la ciudad de Porto Alegre. Me invitaron a conocer su sede ubicada en un gran depósito en un barrio en los suburbios de la ciudad. Allí Ilê Mulher, en convenio con el gobierno local, logró instalar una serie de servicios para las personas sin techo, mujeres y varones jóvenes y adultos, en esta Casa de Convivencia donde se ofrecen alternativas para salir de la situación de calle y alcanzar mejores condiciones de vida.
En la Casa de Convivencia, las personas sin techo encuentran espacio para lavar su ropa, atender su higiene personal y utilizar los servicios de una peluquería, además de asistir a cursos de alfabetización y recibir asesoramiento jurídico y atención a su salud. También se dictan allí talleres de papel artesanal y cajas para regalos, tapicería, costura, artesanías, que permiten la capacitación para una posible salida laboral, que están abiertos a la participación de los moradores de la Villa de los Papeleros.
Agregando a todas estas actividades que apuntan a la inclusión social de personas que viven en los márgenes de la sociedad, funciona dentro de la Casa un telecentro en el que se da formación para un uso crítico y consciente de las TIC. Lo interesante es que uno de los primeros talleres de TIC en este telecentro fue dictado durante una de las instancias del Foro Social Mundial en Porto Alegre por “Les Penelopes”, organización feminista francesa comprometida con la economía solidaria. La tarea en el telecentro se complementa con una radio popular y se dictan talleres para que las personas sin techo participen en su programación.
Al regresar a los debates del V Taller de Inclusión Digital, lo hice con la imagen presente de las personas sin techo trabajando en las computadoras y afirmando su dignidad con participación y nuevos aprendizajes.
Ilê Mulher
ID Porto Alegre